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Las normas internacionales pueden ayudar a las ciudades a mitigar la escasez de agua

El 26 de enero de 2023, Geneva Cities Hub y ISO coorganizó una mesa redonda sobre "Normas internacionales en apoyo del programa de desarrollo de ciudades y autoridades locales". El acto se centró en cómo las normas internacionales contribuyen a mejorar el bienestar de los ciudadanos y a avanzar en el desarrollo de ciudades y comunidades inteligentes sostenibles. Una serie de normas sobre indicadores urbanos incluyen una amplia gama de servicios urbanos que pueden mejorar la calidad de vida de la población. Lo que se necesita, sin embargo, es una visión holística sobre qué tipo de indicadores ayudan a los alcaldes en su trabajo y cómo conjuntos similares de indicadores facilitan el aprendizaje entre iguales y el intercambio de buenas prácticas.

Los gobiernos locales y regionales se enfrentan a diario a múltiples retos. Buscan soluciones que hagan que los servicios públicos de sus zonas sean seguros, protegidos y sostenibles. Las normas ofrecen soluciones a largo plazo y sirven de hoja de ruta para la agenda de desarrollo de las ciudades. Son ciclos políticos globales y contribuyen a mejorar las directrices del sistema de gestión de las ciudades para progresar mejor, teniendo en cuenta el tamaño de la ciudad, sus cualidades geográficas y sociales, así como las responsabilidades de las autoridades locales. Los modelos de madurez son excelentes herramientas para priorizar y avanzar en los distintos aspectos de la gestión de las ciudades, en función de las necesidades locales.

Hay cientos de normas sobre sistemas de transporte inteligentes, gestión del agua, digitalización, continuidad empresarial y resiliencia comunitaria, diseñadas para que las comunidades sean seguras, sostenibles y adaptables para afrontar mejor los retos. Una ciudad resiliente debe ser capaz de prepararse, recuperarse y adaptar sus sistemas y procesos para garantizar que sean lo más sólidos posible frente a perturbaciones y tensiones. Por eso se están desarrollando actualmente una serie de normas, como la gestión de emergencias, la gestión eficiente del agua, la digitalización y la reducción de las emisiones de carbono.

Buscábamos respuestas a preguntas cruciales como:

  • ¿Cuáles son los principios rectores de la elaboración de indicadores para los servicios urbanos, especialmente en el caso de ciudades con escasez de agua, ciudades inteligentes o ciudades resilientes?
  • ¿Cómo pueden las normas ayudar al mismo tiempo a los alcaldes que necesitan renovar las infraestructuras hídricas existentes y a los alcaldes de futuras ciudades que construyen nuevas infraestructuras urbanas?
  • ¿Cuáles son los ámbitos en los que las normas de digitalización pueden contribuir a reforzar una gestión de la ciudad centrada en las personas?
  • ¿Cuáles son las áreas clave de las ciudades que pueden contribuir a reducir las emisiones de carbono?

A medida que crecen, las ciudades generan cada vez más emisiones de carbono, y en la actualidad aportan alrededor del 70 % de las emisiones mundiales de CO2 procedentes de la energía. Por la misma razón, son un buen objetivo para cambios que podrían aliviar el impacto de la emisión global. Los sectores de la energía y la construcción podrían cambiar las reglas del juego en la lucha contra el cambio climático, si se aplican normas adecuadas de aislamiento, sistemas de calefacción, uso de energías renovables y redes inteligentes. Si desarrollamos y aplicamos normas internacionales de planificación y construcción de ciudades, podremos conseguir que estos cambios sean eficaces y eficientes.

Un tercio de las emisiones de carbono de la ciudad proceden del transporte. Una ciudad con menos emisiones de carbono apoyaría el transporte público frente al uso del coche individual, facilitaría el uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie y avanzaría hacia los vehículos eléctricos o de biocombustible. La reducción de los desplazamientos de larga distancia también es importante. Las reuniones virtuales facilitadas por las TIC, por ejemplo, eliminan la necesidad de desplazarse.

La adaptación al cambio climático -paralela a los esfuerzos por alcanzar el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París- es crucial y las normas pueden guiarnos en este camino. La adaptación del sistema de abastecimiento de agua y la gestión de las aguas pluviales ayudan a utilizar el agua de manera sostenible. Unos buenos indicadores contribuyen a comprender y comparar las posibilidades. Los modelos inteligentes de medición y explotación de redes pueden reducir las cargas y los riesgos. La economía circular es una solución de gran potencial para hacer las ciudades más sostenibles. La tecnología digital puede ayudar a optimizar el uso de los recursos y a aprovechar mejor los activos existentes.

Las normas ayudan a construir infraestructuras fiables de forma financieramente trazable. Los procesos de certificación refuerzan la confianza de las distintas partes interesadas y aumentan el nivel de confianza de los residentes locales. El cumplimiento de las normas pertinentes ayuda a mejorar la serenidad de los alcaldes y tranquiliza a los residentes en el sentido de que la ciudad se gestiona correctamente.

Una mayor participación de las ciudades brinda la oportunidad de reforzar este importante ejercicio normativo y garantizar que tenga un impacto real sobre el terreno.

Gracias a Marcel Knecht, Isabelle Vendeuvre, Dalia Yarom, Bernard Gindroz, Michael Mulquin, Shanfeng Dong y Dominique Würges por sus ideas y conocimientos, y a ISO por colaborar con nosotros en este importante tema.

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